Control de lectura 4
Smith, Jr., Datus C; “3. Aspectos financieros”
La publicación de un libro es, sin duda, un proceso en el que intervienen aspectos financieros. Nada de ideas románticas donde el autor regala su texto vía internet, donde se producen miles de copias para distribuir gratuitamente en las calles, no, el hecho de que las páginas lleguen al lector tiene un costo.
La casa editorial será quien se encargue de asumir la inversión en una obra. Autor, editor, traductor, ilustrador, impresor y demás sujetos que participan en la publicación de un libro reciben un pago por parte de ella. El desembolso no es desinteresado, la editorial espera recibir más dinero del que invierte.
Los costos detrás de la publicación de un ejemplar bajo la firma de García Márquez o Vargas Llosa son susceptibles de predicción mediante dos métodos. Uno consiste en llevar un registro minucioso de lo que ocurre en cada etapa del proceso editorial y clasificarlo en categorías como: costos de manufactura, de comercialización, de distribución entre otros.
El otro, por el contrario, clasifica los gastos en variables y no variables y desarrolla asimismo la suspicaz precaución que determinará la cantidad de ejemplares que han de ser impresos, así como el precio al menudeo y las exigencias que la pluma-dígase autor- detrás de la publicación exija.
Sin embargo, como en cualquier industria, no es necesario ser un maestro en negocios para apuntar que la clave se haya en reducir los costos e incrementar los ingresos, así como nunca dejar de lado la relación de éstos con las ganancias.
Y si los costos de producción son catalogados ¿dónde quedan los ingresos? simple, en una clasificación-apreciada por cualquier casa editorial- en la que el precio al público se conjuga con el número de ejemplares vendidos, los descuentos a librerías y otros clientes además de los costos eventuales de comercialización.
En el ir y venir del capital en la publicación de un libro es fundamental que el editor halle el justo balance entre los aspectos económicos y las retribuciones sociales que su trabajo otorgue. Smith lo apuntala (1991): se debe tomar en cuenta el respeto a la lealtad a todos los actores que se inmiscuyen en el proceso editorial.
Dificultades económicas o éxitos comerciales, cuando la casa apuesta lo mínimo que se espera es que el editor recupere lo invertido, que el autor se observe en la lectura colectiva, que el desarrollo cultural crezca; que los números detrás de un publicación no sean más que un accesorio del que las letras nunca dependan.
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