Control de Lectura 5
Datus C. Smith; “4. Desarrollo editorial: de la idea al libro”
“Los que de verdad me vuelven loco son esos libros que cuando acabas de leerlos piensas que ojalá el autor fuera amigo tuyo y pudieras llamarle por teléfono cuando quisieras”.
Holden Caulfield en El guardián entre el centeno de J.D Sallinger
La necesidad de Violeta de huir, Carlos y el México de los años 40, la Maga en las calles de París. Todas ideas. Todas materializadas en papel.
El desarrollo editorial de un libro es, tal vez, una de las empresas más difíciles en el mundo de las publicaciones impresas. Pasar del vago, o conciso, ideario del autor al número determinado de páginas empastadas que descansan en las estanterías requiere de ciertos riesgos.
El editor deberá escurrir la mirada entre miles de manuscritos para hallar las nuevas obras que habrán de capturar entre sus líneas el espíritu y dinero de los lectores. Apunta Datus Smith (1991) “el editor asume plenamente su doble papel de promotor cultural y prudente hombre de negocios”.
Mención aparte merecen los manuscritos, esos guiños iniciales entre la editorial y el autor que no tendrán que ser más que “el tipo” de libro que la primera busca. Si los intermediarios son necesarios, entrará a escena el agente literario, quien recoge el manuscrito y lo propone a diversas editoriales.
Superado el encuentro inicial, podrán llegar los premios literarios, unos atraerán la atención del público hacia las obras ya publicadas, otros le otorgarán reflectores a las letras aún cuando éstas no hayan llegado a las manos del lector.
Así, un libro vendrá a ser la unión de fondo y forma (contenido-presentación física) hecha por el departamento editorial tras aprobar la publicación de un manuscrito cualquiera.
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