28 agosto 2011

Hay lugar para la duda

Inquietante. La “Miss Bala” del mexicano Gerardo Naranjo, constituye un punto de inflexión tanto en la filmografía del director como en la del cine nacional.

Lejos de los elogios recibidos tras su paso por Cannes, o de su inminente presencia en festivales de renombre como el de Toronto, San Sebastián o el de Nueva York- que escoge tan sólo 20 películas de todo el mundo para su exhibición - la cinta de Naranjo es un  frío y cuidadoso análisis de la violencia que aqueja al país.


Si bien a ultimas fechas, la violencia derivada de la delincuencia y el narcotráfico ha conseguido amplia resonancia en los medios de comunicación y en otros productos cinematográficos, como “El infierno” de Luis Estrada, “Miss Bala” se haya en el justo equilibrio entr
e el culto a los hechos que los noticiarios realizan y la caricatura que del narcotráfico hiciera Estrada.

La integración en la industria del cine mexicano de nuevos autores ha dado pie a filmes como el del guanajuatense, que con una modesta pero firme trayectoria, afirma: “Todos tenemos que revelarnos ante el miedo, ésta es mi manera de hacerlo.”

Y es que además del logrado trabajo narrativo y de edición que la cinta posee, el cuidado especial en componentes específicos de la construcción formal es evidente; los puntuales planos secuencias no hacen más que reafirmar la buena dirección de Naranjo.
Gerardo Naranjo en la FCPyS  

Los enconos de la violencia son mostrados con una cámara serena, cómplice que, a lo largo de casi dos horas, desarrolla una sensación de desorientación perpetua. Y es quizá ahí, donde reside la trascendencia de “Miss Bala”, su propio director declaraba: “es una película que no da muchas respuestas, sino todo lo contrario, hace preguntas de quienes somos y qué debemos hacer”.  Sí, sólo hay una certeza en el trabajo de Naranjo y esa es, hundir al espectador en un crisol de violencia en donde las dudas sobran.


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